27.4.06

¡La caja B!

¡Mirad lo que me he encotrado hoy en el periódico! Parece ser que la Complutense tenía una caja B para realizar pagos irregulares. Si lo comento, sobre todo, es porque sigo siendo alumno de la Complutense y alguna vez me he quejado de las injusticias que perviven en esta universidad, un monstruo burocrático que combina rancias ordenanzas medievales con la creación de viveros de empresas de alta tecnología. La verdad es que siendo una entidad tan monstruosa, ni siquiera esperaba que se llegara a crear una caja B, pensaba que el dinero ya escapaba libremente por los huecos.
Pero lo mejor son dos cosas: que de ese dinero se pagó al guardaespaldas que "alguien" puso a Maria Teresa Sáez y a Eduardo Tamayo (que cosas) y que el tipo que pagaba ese dinero era Dionisio Ramos. De Dionisio Ramos tengo una anécdota divertida: un amigo mío, que suele vestir una cazadora de cuero, paseaba una vez cerca de la Facultad de Derecho y unos "skinheads" le arrearon un par de puñetazos por "ser un guarro". Mi amigo puso la correspondiente denucia y luego, en el ámbito universitario, le tocó ser atendido por Dionisio Ramos, que le dijo lo siguiente: "¡Hombre, es que a quien se le ocurre ir así por Derecho!".
Resulta, además, que ese dinero salía del dinero que pagan los alumnos de los colegios mayores gestionados por la Complutense. Pues vaya, para eso, ya podría haberles salido gratis, teniendo en cuenta que su dinero sólo se usó para los mamoneos de Villapalos, Puyol y el "grupo de los 100" y no para, yo que sé, pagar el mantenimiento de los colegios mayores y esas cosas.
En fin. No creo que esto vaya a cambiar nada, de todas maneras. Aunque Berzosa me cae muy bien y Mercedes Cabrera tiene varias buenas ideas para reformar la universidad, todo cambia y nada cambia. Cuanto antes me licencie, mejor.

9.4.06

Cosecha Roja

Lo reconozco, hace demasiado que no escribo y tengo el blog como la casa al volver de vacaciones: todo en el mismo sitio en que lo dejé, pero huele a polvo y a cerrado; así que vamos a abrir las ventanas, a descorrer las cortinas y ponernos de nuevo a la tarea.
La verdad es que no iba a centrarme en hablar del cambio ministerial que, por alguna razón, me interesa menos que el asunto de los chorizos marbellíes.
Pero tampoco vamos a empezar hablando directamente de ellos. Voy a empezar dando rodeos. Como ya he comentado en alguna ocasión, me encantan los libros de detectives. El que me más me gusta es uno llamado "Cosecha Roja" de Dashiell Hammett. En él un anónimo detective de la Agencia Continental llega a la ciudad de Personville, a la que los lugareños llaman "Poisonville"; ciudad emponzoñada.
Personville está emponzoñada porque el cacique local, el viejo Elihu Willsson, recurrió a bandas mafiosas para que nadie interfiriese con sus proyectos empresariales y, como siempre pasa en estos casos, los mafiosos y el cacique terminan imponiendo su propio régimen sobre las "instituciones". Al alcalde no se le menciona, a los jueces tampoco y el jefe local de policía, Noonan, es un personaje despreciable que mercadea sus "favores" para no ponerse a mal con el "statu quo" mafioso.
¿A que os va sonando de algo? El caso es que nuestro detective de la Contiental, harto de verse forzado a chalanear con caciques y mafiosos, termina haciendo algo parecido a meter un tronco de árbol en el mecanismo de un reloj. Y el resto no os lo cuento, hala, a leerse uno de mis libros favoritos.
Desde que me leí ese libro me moría de ganas de que algo así ocurriera en Marbella, donde la gente ya se había acostumbrado a vivir de las migajas de los mafiosos que, según algunos, "creaban riqueza en el pueblo". Pero está claro que la cosa no ha de quedar ahí, todavía hay cosas que uno no se termina de explicar y no sólo en la Costa del Sol (o "Costa Nostra", como he léido por ahí). Por ejemplo, yo tengo mucha curiosidad por saber por qué en Ibiza se trafica tan descaradamente con drogas y no pasa nada, excepto la detención de algún camello pardillo. O por qué de vez en cuando se pierden pruebas en la Audiencia Nacional (hace una semana que se ha perdido cintas que incriminaban a un narcotraficante de importancia). O por qué pagamos más impuestos que la Pantoja o algunos ejecutivos de Telefónica.
¿Por qué determinadas empresas jamás se enfrentan a una inspección de trabajo como dios manda?
Son preguntas para las cuales es muy difícil dar una respuesta de buenas a primeras. Pero la democracia no sólo consiste en que los ciudadanos elijan y controlen a los políticos, sino en que no haya poderes no electos que puedan imponer libremente su voluntad a los demás. No está bien que las constructoras manden más que algunos ayuntamientos o que, en algunas partes de Galicia o de Andalucía, por ejemplo, los "narcos" y los contrabandistas manden más que las personas a las que votan los ciudadanos.
Tal vez nunca se pueda acabar con la corrupción, igual que tal vez nunca se pueda acabar con la guerra o con la pobreza, pero lo que está claro es que éste será un mundo mejor si todos nos ponemos a ello. Recordad que nuestro régimen político nos da a nosotros el poder de gobernarnos a nosotros mismos, si alguien se empeña en hacer o en convencernos de los contrario es que nos está robando la cartera; en todos los sentidos.
Ojalá se reprodujera esta "Cosecha Roja", muchos sitios ya están maduros para ella.