27.9.05

Pasatiempos


Me encantan las novelas de detectives. No las de detectives estirados que se pasean por bibliotecas victorianas y salones de té esgrimiendo una lupa; me gustan las de detectives duros, cínicos, irónicos, que se tienen que mover por bares de mala muerte y hablar con todo tipo de gente: matones, mozos de equipajes, porteros de hotel, taxistas y policías con los que mantienen una relación de tenso respeto.
Soy tan poco original que me ciño a los autores clásicos: Raymond Chandler y Dashiell Hammett. Hammett es, sin duda, el que más talento tiene de los dos y releo una y otra vez libros como "Cosecha Roja" (mi favorito) y "El Agente de la Continental". En éste último aparece el siguiente pasaje:

Yo, entetanto, leía un cartel que había colgado en la pared detrás de la barra [de un bar de Tijuana]:

EN ESTE LOCAL SÓLO SE SIRVE AUTÉNTICO WHISKEY AMERICANO E INGLÉS DEL DE ANTES DE LA GUERRA

Traté de contar cuántas mentiras encerraban aquellas palabras. Había encontrado ya cuatro, y perspectivas de varias más, cuando...
La lectura de ese párrafo me impresionó cuando llegué a él por primera vez, a los catorce años y lo he tenido presente desde entonces, cuando leo algo, cuando escucho a alguien, incluso cuando hablo o escribo yo mismo. Y más de una vez me he entretenido buscando mentiras, como el anónimo agente de la Agencia Continental de Detectives.
José María Aznar López declaró lo siguiente: Esta semana probablemente se den los pasos decisivos para un cambio de régimen, sin mandato ni consentimiento de nadie.
Yo ya llevo seis ¿y vosotros?

20.9.05

Un pequeño paso...


Hace 37 años, un ser humano, no muy distinto de tí o de mí, puso su pie, por primera vez en la historia en la Luna. Se cumplían así los sueños de todas aquellas personas que alguna vez se quedaron embobadas mirando a ese disco azulado por las noches. Desde los primeros homínidos que tal vez subieron a un árbol para poder tocarla hasta los lectores y creadores de relatos de viajes fantásticos.
Con la tecnología de los años 60 se consiguió crear una máquina capaz de transportar a seres humanos a 384.000 kilómetros de distancia, desde un planeta que se mueve a 30 Km/s a un destino que se mueve a 1,03 Km/s. Esa misma máquina tuvo que superar los 11,2 Km/s para escapar de la gravedad de nuestro planeta. Y, repito, con la tecnología de los años 60, cuando los ordenadores de entonces apenas llegaban a la capacidad de una calculadora de bolsillo.
Sin embargo, el sueño de seguir explorando más allá de nuestro planeta despareció. Entonces, como ahora, la gente encargada de aprobar estas cosas fue incapaz de ver más allá del mezquino horizonte de sus fronteras y de sus sillones. El coste del proyecto Apolo fue de alrededor de 24.000 millones de dólares, mientras que la tristemente famosa SDI (Iniciativa de Defensa Estratégica o Guerra de las Galaxias) supera ya los 250.000 millones de dólares.
Dice Bush ahora que para 2018 volveremos a la Luna, pero me resulta muy difícil creerlo. Los costes del proyecto han de ser aprobados por diferentes comités parlamentarios, que ya se encargarán de introducir enmiendas que iran restando un dinero que no irá a las víctimas de Nueva Orleans, ni a cooperación al desarrollo, ni a gastos en educación. Así, sin resolver nada, el proyecto morirá recien nacido. Y nos seguirá quedando un viaje pendiente, el viaje de todos. El viaje que nos enseña que, desde arriba, las fronteras no se ven, que vivimos en una pequeña casa común y que nuestro destino es el de seres pequeños que quieren ampliar sus pequeños horizontes.

13.9.05

"Yo soy azul"


Estoy en lo peor de mi crisis de ansiedad con los exámenes, pero hay aforismos proferidos por los rapsodas populares que le hacen a uno detenerse, mirar al horizonte y replantearse el sentido de la vida mirando el catálogo de Loewe. Ayer decía La Espe, refiriéndose al tema de la famosa OPA sobre Endesa: es una mala noticia para la Comunidad de Madrid que la sede de una empresa eléctrica que es multinacional y que es una de las grandes empresas españolas multinacionales se traslade fuera del territorio nacional.
Los malvados rogelios antipatriotas ya se han echado encima de Espe, tergiversando su obvio lapsus con malintencionadas referencias a Carod-Rovira y al desguace de Ejpaña. ¿No se dieron cuenta de que lo que realmente quiso decir era "fuera de zona nacional"?
Mientras tanto, don Mariano Rajoy Brey aleccionaba a sus huestes declarando: El catorce de marzo pasó lo que pasó y todos sabemos lo que pasó y por qué pasó, pero eso ya es el pasado. Pues eso digo yo, que pasó lo que pasó: perdieron ustedes las elecciones. Todos sabemos lo que pasó: el once de marzo España sufrió el peor atentado terrorista de su historia y el Gobierno decidió mentir y manipular, cometiendo el acto más torpe, vergonzoso, manipulador e hipócrita desde la muerte de Franco. Sabemos por qué pasó: porque el Pueblo no es idiota y la gente ve la CNN, lee el New York Times, nadie cree a Urdaci y la indignación llegó a tal nivel que el 13 de marzo España vivió la primera revolución burguesa de su historia. Pero eso ya es el pasado y como tal quedará en los libros de Historia, perpetuando la vergüenza que ha de sentir usted y los líderes de su partido; cómplices y palmeros del intento más vil de manipular en beneficio propio la muerte de 192 compatriotas, extranjeros, parientes, amigos, vecinos, hijos, padres, madres, cónyuges, personas. Déjenme ustedes en paz, que tengo que seguir estudiando para no parecerme a ustedes.

3.9.05

La mera existencia


He estado echando cuentas de cuántas armas nucleares andan por ahí y me salen alrededor de unas 20.000 cabezas nucleares estratégicas (más de 5.000 Km. de alcance) y más de 40.000 armas tácticas (mochilas, obuses, minas de demolición, bombas de gravedad y armas de corto y medio alcance).
Las cuentas, de todas maneras, tienen la fiabilidad que tienen: no demasiada. Hay países que mantienen en secreto el número y naturaleza de su arsenal, otros no lo han podido contar bien y creen haber perdido alguna (Rusia no encuentra tres mochilas nucleares). Y ahora, después de la Guerra Fría, ¿qué va a pasar con todas esas armas? Pues, con eso de los tratados START I, II y III y el Tratado de No Proliferación, uno pudiera pensar que los países poseedores de esos artefactos de desharían de ellos. Bueno, pues ni de coña.
Una de las primeras decisiones de George W. Bush fue cambiar la doctrina estratégica nuclear de los EEUU y pasar a considerar las armas atómicas como "un tipo de arma más", renunciando a la doctrina de "no primer uso". También procedió a la destrucción de viejos arsenales y, hoy en día, se está rearmando. Putin, por no quedar como un pardillo (y porque también le va marcha), también ha renunciado a la doctrina de no atacar primero y, tras hacer un nuevo recuento de las armas heredadas de la URSS, está volviendo a construir misiles de cabezas múltiples.
Lo más frustrante de todo esto es que, en tiempos, Reagan y Gorbachov habían acordado llegar al Cero Nuclear para el año 2000 y, si acaso, poner bajo el control del Consejo de Seguridad de la ONU dos o tres tipos de armas, para que nadie se haga el chulo esgrimiendo pepinos termonucleares. Todo ha quedado en papel mojado.
Y ya no se trata sólo de que estos países, antiguas superpotencias enfrentadas, se estén rearmando. Se trata de que países cuyos habitantes tienen serios problemas de subsistencia se hayan lanzado de cabeza al delirio nuclear. Voy a obviar al chalado de Kim Jong Il y me voy a centrar en Pakistán. Pensad por un momento en ese país, albergue de talibanes en su momento, paraíso del wahabismo y del salafismo, sostenido con pinzas por una dictadura militar. Al igual que su enemiga y vecina, la India, posee armas nucleares. Imaginad que la dictadura cae (Musharraf no durará siempre), imaginad en qué manos pueden caer esas armas, imaginad las sucesivas reacciones en cadena. Hace tiempo que un grupo de militares de la OTAN emitió un manifiesto que declaraba que la mera existencia de ese tipo de armas supone un peligro para la humanidad, ya sea por accidentes, por voluntad de uso o por malentendidos. Su existencia es incompatible con la nuestra y resulta que hoy en día, los líderes del mundo prefieren que haya más a que desaparezcan.

2.9.05

Un país exhausto

Siempre quise ir a Nueva Orleans y ahora, jamás podré ver la ciudad que yo quería ver; capital del jazz, mezcla cultural, viejas casas de madera y recuerdos de los criollos franceses.
Me duele y ya perdí del perfil de Nueva York las dos torres entre las que se columpiaba Spider-Man en mis tebeos.
Ahora veo en la tele imágenes más propias de un país africano que del país que se construyó a sí mismo alrededor de la palabra "libertad".
Si alguien me mezclara alguna de las imágenes de Nueva Orleans con las de una crisis en Liberia, por ejemplo, dudo ser capaz de percibir alguna diferencia.
Lo único que se me viene a la cabeza es cómo van a salir de ésta los estadounidenses de menos recursos. Sin seguro médico, seguro del hogar, prestaciones públicas... Están fastidiados, ellos y sus hijos. Aunque lleguen los helicópteros, esa gente ya está condenada a, prácticamente, engrosar las filas de homeless que vagan de un lado a otro arrastrando carritos de la compra.
Me gustaría pensar que esto hará que en la casa Blanca empiecen a reflexionar acerca del cambio climático, las deficiencias de sus sistemas de seguridad social, su excesiva dependencia del petróleo o el aumento de las diferencias entre ricos y pobres. Pero sólo se me ocurre que los accionistas de constructoras como Halliburton (como Dick Cheney) ya se están frotando las manos pensando en la reconstrucción. Y no digamos nada de las petroleras, a las que beneficia el aumento de precios de la escasez.
Como ya dije antes, yo soy un poco friki, y no puedo evitar imaginarme que haría el presidente Jeb Barlett (el de "El Ala Oeste de de la Casa Blanca") en esta situación. Ojalá determinadas cosas fueran verdad. Dios bendiga a los Estados Unidos, falta les hace ahora.

1.9.05

Los Políticos Iguales


El otro día reflexionaba acerca de que hubiera gente que pensara que todos los políticos son iguales. El caso es que hay políticos que se empeñan en serlo. Al poco de acabar esa entrada de mi blog, veo a Gallardón en la tele. Gallardón es de los políticos que se han dado cuenta de ello e intenta hacerse un hueco (por no decir que quiere trepar descarádamente) pareciendo igual a los demás. Nuestro amigo Gallardón desea parecer el político medio y no se le da mal, pardiez.
Lo que la gente no sabe es cómo es él de verdad. Os doy una pista: Gallardón ha prohibido al personal del Ayuntamiento de Madrid que se dirija a él sin permiso. Es decir, que si yo soy un honrado policía municipal (je, je, je) custodiando la entrada de la Casa de la Villa y digo al alcalde "Buenos días, señor alclade", me cae una bronca de las tochas.
Pero, ¿cómo?, dirán los angustiados votantes, ¿Gallardón no es el tipo simpático que sale haciendo gracias con los de Caiga Quien Caiga? Pues sí, pero es pura fachada. A Gallardón no le gusta hablar con la gente. Si echáis la vista atrás os daréis cuenta de que, en las numerosas ocasiones en las que aparece en la tele, jamás apareció reunido con vecinos. Ni siquiera en campaña electoral.
Las veces en las que los vecinos se han acercado espontáneamente al popular alcalde de Madrid, éste se escabulle y cede en algún concejal el marrón de tratar con la chusma. Sólo se rodea de masas en los mítines de su partido, pero jamás se haría un tour por los distritos de la capital, como hacen, por ejemplo Trinidad Jiménez o Inés Sabanés.
En los tiempos pre-Aznar, Gallardón no tenía reparos en echar bilis a raudales contra Joaquín Leguina, al más puro estilo de Acebes o Javier Arenas Bocanegra. Una vez que se hizo presidente de la Comunidad, descubrió que puede vender el rollo moderado siendo un tiranillo de puertas para adentro.
Más de una persona me ha comentado que Gallardón es un moderado. Ni hablar. Gallardón es un derechilllas de los de siempre, protegido de Fraga en su momento, de los que estuvieron en Alianza Popular desde el principio. Desde que es alcalde ha recortado los poderes de las Juntas de Distrito (subiendo el sueldo a los vocales vecinos para callarles la boca) y ha comprado a las asociaciones de vecinos mediante subvenciones, ha triplicado el número de altos cargos del Ayuntamiento de Madrid, ha hecho concesiones a dedo, ha creado empresas para manipular las cifras de deuda del Ayuntamiento (veasé Calle30) y se ha negado a dialogar con vecinos y el resto de grupos municipales. Por no hablar de sus obras faraónicas, hechas a traición, sin avisar y amparándose en los meses de verano.
¿Por qué no vemos eso en los medios? Muy fácil, porque Gallardón controla ferreamente su imagen pública. El Gallardón que aparece en la prensa es una imagen de marca cuidadosamente diseñada y mantenida merced a la amistad que cultiva con los periodistas. Si tratas bien a los periodistas, los periodistas (que son tan humanos como el que más) te tratarán bien a tí. A Gallardón le conviene parecer igual que los demás polítcos, con la ventaja de estar en el poder; así la gente no se molestará en buscar alternativas. No os dejéis engañar. Nadie que sea como él quiere aparentar duraría tanto tiempo en su partido. Y si no, dirigíos al Ayuntamiento de Madrid para pedir cualquier cosa. Os váis a enterar de lo que es bueno.