30.7.07

Post post-congresual


Hala, por fin en casita. Tras un curso de verano en El Escorial y el Congreso, sin solución de continuidad, el sábado me fui a la cama tras una vomitona y no he vuelto a ser persona hasta hoy, lunes.
Parece que el PSM vuelve a tener ganas de ganar las elecciones y currar para la gente, en lugar de escudarnos en esa afirmación falsa de que "Madrid es de derechas". Espero que el pobre Tomás Gómez no se viera muy desbordado por el apoyo recibido y tengo ganas de ver cómo empiezan a funcionar las cosas bajo su dirección.
Mucha de la gente que estaba en el Congreso se decepcionó un poco al ver la lista del que será el equipo de Tomás. No estoy seguro aún de si eso es razonable, tras tantos años de familias, mesas camilla, etc. es normal que a todos los del PSM se nos adscriba a una facción y mucha de la gente incluída en la lista de Tomás merece una oportunidad.
Ahora, que se ha votado todo, lo que importa es concentrarse en ganar las generales y en recuperar la confianza de la gente. Me ha fastidiado mucho oír estos meses previos esa frase tan manida de que "hemos perdido el contacto con la sociedad". No es verdad. El militante medio del PSM es tan ciudadano madrileño como el que más y nuestras bases son un estupendo reflejo de la sociedad a la que deseamos servir. Si se abren puertas y ventanas de nuestra organización, si se hace caso a toda la gente, no habremos "perdido el contacto". Tomás dice que su único patrimonio es su palabra y yo le creo. El patrimonio del PSM es el mismo que el del PSOE en general: para bien y para mal es el partido que más se parece a este país nuestro. Es hora de que las personas nos pongamos a trabajar para las personas. A ello iremos.

21.7.07

Mandemos a la cárcel a Peñafiel


¡El escándalo corretea de una punta a otra de nuestra España! ¿Y qué ha pasado? Pues que el juez Juan del Olmo ha decidido secuestrar a la revista "El Jueves" por una portada que, presuntamente, injuriaba a la Corona. Y es que, niños y niñas, la Corona no es cosa que se pueda tomar a risa. No por nada es la primera de las instituciones del Estado.
Las acciones del juez Del Olmo me han sumido en profundas reflexiones acerca de cómo seguir protegiendo a la familia del primero de los españoles. Y he llegado a una conclusión: tenemos que meter en chirona a Jaime Peñafiel.
Don Jaime, respetado cronista de las monarquías que chismorrea elegante y despreaocupadamente acerca de ellas, se revela como el mayor enemigo de la Monarquía española, agrediendo directa o indirectamente a la institución tal y como la definen las leyes y la Constitución.
Sus continuados ataques a la Princesa Doña Letizia bien pueden calificarse de injurias a la corona. Sus fatuos juicios acerca de cómo el Príncipe Don Felipe ha de regir su vida personal intefieren con los poderes exclusivos del Rey en esa materia, expresados en el artículo 57.4 de la Constitución.
El abuso de la libertad de expresión ejercido por este caballero, además, injuria a la Corona al establecer dudosos criterios eugenésicos más aplicables a los animales que a los seres humanos.
Por todo ello, niños y niñas, os animo a que defendáis a La Corona Española e identifiquéis ante el Pueblo y ante la autoridad competente a los verdaderos agresores a la institución monárquica. Ya hablaremos de Ansón y de Ussía cualquiera de estos días.

16.7.07

El PSM y el maletín de la señorita Pepis

En la entrada anterior, José Luis Prieto me preguntaba si la alegoría de la "pomada" iba por José Cepeda. Bueno, lamento que no sea así. Sería más bien este vídeo. Que ganas tengo de que pase el Congreso, por favor...

13.7.07

Se acerca el congreso del PSM

Y no hay nada mejor que soltar por aquí las metáforas que se le vienen a uno a la cabeza en estos casos. Así, además, continúo con la línea de posts frikis de Luis Llorente y Dani Casal.

9.7.07

Parásitos


Nunca presumo de la cantidad de visitas de este blog. Primero, porque no veo por qué tendría que ser un motivo de orgullo. Segundo, porque me alegro de no tener demasiadas.
¿Y por qué me alegro de ser poco leído? Bueno, básicamente éste es un blog escrito por un tipo de izquierdas que habla acerca de política. Y cuando se dan esas circunstancias, más un número alto de visitas, el blog pasa a tener adosado un troll de guardia. ¡En serio! Si no me creéis, daos una vuelta por Las Ideas y echad una ojeada a los comentarios de algunos de los blogs.
Me alivia estar relativamente libre de trolls. Los detesto. Los que pululan por la blogosfera progresista suelen ser unos tipos paranóicos, amparados en un cobarde anonimato, que combinan las frases gruesas, los insultos y el victimismo en sus sucias intervenciones. ¿Con qué fin? Con el de ser respondidos. Una vez que se empieza a responder a estos tipos ellos siguen adelante, falseando argumentos, usando trampas retóricas, calumniando a los demás y quejándose de cuando se responde a sus insultos, o se borran sus comentarios. Todo ese proceso lleva a que el autor del blog y sus lectores habituales terminen fijando sus intervenciones en función del troll de turno. Y ahí es cuando el troll triunfa.
Ojo, discrepar de las ideas ajenas no es ser un troll. Cuando álguien ha comentado alguna de mis entradas diciendo que no soy imparcial, por ejemplo, no puedo sino darle la razón. Pero sí es ser un troll cuando hablas de un grupo musical y se te responde diciendo "es una mierda de grupo y ¿por qué el Gobierno se rinde a ETA?"
Claro, cuando alguien dice algo así en tu blog, en tu casa, el primer impulso es borrar un comentario tan inútil. Luego, apetece responder con argumentos lógicos. Después, contestar con fina ironía. Pero una vez que se le empieza a responder, el troll se aferra a tu blog cual garrapata; dispuesto a que el resto del mundo gire en torno a su grosera presencia.
No termino de entender a estos usuarios-parásitos. Gente anónima, que ni siquiera tiene un blog y que pretende convertir en suyo el de los demás. Viviendo en Internet a base de criticar argumentos ajenos y de insultar al autor del blog y a sus lectores habituales. Gente que ni siquiera se molesta en leer lo que escribes, sólo en repetir machaconamente sus particulares consignas.
En fin, gente cuya presencia frustra pero a la que no hay que confundir con el resto de personas que pululan por la Red y cuya desaparación haría subir en muchos puntos la calidad y el número de debates que se entablan en la Blogosfera.
Si os encontráis con uno, ya sabéis: ni caso. Don't feed the troll.