Mandriles

Los mandriles que se agrupan bajo las siglas ETA dicen que vuelven a las andadas. A partir de la próxima medianoche volverán a intentar matarnos a todos los que no pensamos como ellos.

Desde el atentado de la T4 esto se veía venir. Y, como ha pasado siempre, los etarras nos echan a los demás las culpas de que nos maten. Ya se han querido curar en salud llamándonos a todos "fascistas" y otra serie de adjetivos que sólo son aplicables a ellos mismos.

Ni que decir que llevan todas las de perder. Primero, porque las fuerzas de seguridad ya han demostrado de sobra que cada día es más fácil detenerles y mandarles al trullo. Estos tipos son la prueba viviente de que poseer armas no te hace más listo.

Segundo, porque así no van a conservar sus escasos apoyos sociales en el País Vasco. Para cualquier vasco, desde los más "españolistas" hasta aquellos que piden la independencia, los etarras y sus lacayos son una panda de vergonzosos subhumanos que ensucian todo aquello que tocan o lo que dicen defender. Todavía me acuerdo de una vez, en el Casco Viejo de Bilbao, cuando una "cuadrilla" de batasunos se iba paseando dando la nota. La gente les miraba con una mezcla de asco y vergüenza ajena.

ETA sigue eligiendo el camino de irse empequeñeciendo sin dejar de matar. Cada día que pasa sin que dejen las armas y su estúpida retórica pseudo-revolucionaria, es un paso más para terminar siendo una panda insignificante de gañanes armados que viven de los atracos y la extorsión. Y lo que es peor, que pretenden matar para justificar su razón de ser.

Vuelven a demostrar que sólo pueden entenderse a sí mismos si tienen la posibilidad de asesinar a los demás. Peor para ellos.

Cada vez que esa organización cambia sus mandos, es para elegir a los más gañanes, a aquellos que viven más lejos de realidad. A seres egoístas y fanatizados a los que se les trae floja los presos, sus familias, Euskadi y lo que piensen los vascos. Ya apestan. Que triste es levantarse y que ese hedor a podredumbre te llegue al empezar el día.