No me gustan las bodas. Normalmente son un coñazo donde tienes que ir encopetado, sonreir a gente que no conoces e hilar conversaciones absurdas en banquetes surrealistas. Además, los zapatos me suelen hacer heridas en los pies. Pero ayer fue la boda de alguien especial. Para evitar malentendidos diré que no fui invitado, pero eso es lo de menos.
Tengo la suerte de haber tratado a uno de los novios: Pedro González Zerolo. Pedro es una de esas personas que sólo te dan sorpresas agradables en política. Es un tío con una calidad humana inmensa, sinceramente atento a los problemas de los demás y que sabe escuchar, no sólo largar discursos. Nunca le he visto negar un minuto a nadie.
Ayer Pedro se casó por fin con su novio. Este hombre, que se deja la piel por defender los derechos de los demás, pudo disfrutar de los suyos por fin. Se lo merece, joder, pensaba yo. El vivir en un sitio dónde el amor de dos personas es lo único que cuenta para casarse, le reconcilia a uno con su pasaporte.
Sin embargo, resulta que el PP, para variar, va y pone un recurso de inconstitucionalidad a esa reforma del código civil. ¿Qué demonios les pasa? ¿Qué les importan a ellos las bodas de los demás? Desde que machacan insistentemente ese argumento, he vuelto a leer la Constitución de 1978, a ver de qué demonios hablan. El artículo 32 dice lo siguiente:
1.El hombre y la mujer tienen derecho a
contraer matrimonio con plena igualdad jurídica.2. La ley reulará las formas de matrimonio,
la edad y capacidad para contraerlo, los derechos y deberes de los cónyuges, las
causas de separación y disolución y sus efectos.
Yo no es que sea jurista, pero me da que lo que eso quiere decir es que el hombre y la mujer tendrán igualdad de derechos en el matrimonio, no como en el franquismo que los derechos de de la mujer eran administrados por el padre, hasta que se los administraba el marido. Eso y que se acabó el monopolio de los matrimonios y nulidades eclesiásticas; celebrados por tipos que se declaran asexuales y llevan faldas, capas, sombreros y estolas de lo más "loca". La Constitución sólo establece que todo ciudadano tiene derecho a casarse y estos tipos, al negar el matrimonio a personas como Pedro, le están negando también la condición de ciudadano y, por lo tanto, de persona. Espero que no se salgan con la suya porque, puestos a negar derechos, esta gente no se piensa quedar ahí.
4 comentarios:
Vivan los novios!!! , y viva la inteligencia...
Sobre todo la de Acebes y su partido, que lejos de centrarse cada vez avanzan mas en un camino de redicalizacion que les va a llevar a que el partido republicano de USA parezcan unos insulsos liberales.
Parece mentira que a estas alturas de la Historia haya gente que no soporte que cada uno pueda casarse con quien quiera y emprender un proyecto de vida común con otra persona.
pues un chaval de 17 años, viendo la noticia por la tele, dijo: qué asco!
y pensar que el futuro está en sus manos y en las de gente como él...
cuánto trabajo hay por hacer...
Interesante documento en mp3 casi al final de este post:
http://quequeblog.blogspot.com/2005/10/recurso-de-inconstitucionalidad.html
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