10.1.07
La estupidez del terror
Mientras los políticos están sacando lo peor de sí mismos en estas circunstancias, ETA da espasmos agónicos de surrealismo horroroso.
Que dicen que lo del otro día... ya sabéis: ese atentado en la T4 donde volaron medio aparcamiento y mataron a dos jóvenes ecuatorianos. Sí, eso. Pues dicen que eso no cambia su "alto el fuego permanente". Pues vaya.
Resulta que han matado a dos personas cuando llevaban sin matar a nadie desde el 30 de mayo de 2003. Pero ellos, ciegos, soberbios y rabiosos, creen que eso no cambia nada. Lo mejor ha sido ver a Arnaldo Otegui fingiendo que salía a la palestra para dar un paso adelante. Todo el mundo sabe que Otegui hace algo cuando sus amos de ETA le dejan salir al recreo y no dejaba de ser irónico ver a Otegui nervioso, seriote, leyendo en euskara y en castellano una intervención en la que volvía a mancillar palabras como "democracia" o "política".
Al final ha resultado que son los de ETA los que tendrán que negociar consigo mismos. Pero tampoco esperéis nada de ellos. En sus discusiones suelen ganar los más bestias. En la dirección de la banda se suele quedar la gente que siente verdadera vocación por la violencia o el crimen organizado y un puñado de gente más joven, muy fanatizada, que pedirán la siguiente tregua con el tiempo.
En el comunicado que los etarras publicaban el otro día, decían que la culpa de todo es del Gobierno por limitarse a negociar "dentro de la Constitución Española y la legalidad". ¿Y qué esperaban? Eso es lo pasa en democracia: que actúas dentro de las leyes que se hacen entre todos. Lo que pasa es que cuando levas unos años ejerciendo de chulito con pistola, te crees que los demás actúan a tu manera. Dicen que nos dan otra oportunidad, si eso. Idiotas. La oportunidad os la estábais dando vosotros y vosotros os la habéis quitado.
El alejamiento de ETA de la realidad es tan abismal que sólo les lleva a la más profunda de las estupideces. Su comportamiento es estúpido, sus justificaciones son estúpidas y, tanto la "dirección" de la banda, como los guays de Batasuna son un rebaño de estúpidos que balbucean palabras que no entienden y se creen con derecho a jugar en Primera sólo porque tienen pipas y saban hacer cacharritos que hacen "pum". El profundo mal que infringen, tanta muerte sin sentido, tanta mutilación, tanto miedo, tanto encanallamiento, es doblemente perverso porque proviene de la estupidez y el ensimismamiento egoísta de quienes ejercen ese mal. Y "contra la estupidez, los propios dioses luchan en vano".
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